Suscitado por Lope
Entretenido con la lectura de Lope de Vega, uno de mis autores favoritos, me ha saltado desde unos versos la palabra «camuesa», despertándome gratas imágenes de mi niñez.
En el mercado de mi pueblo, Baeza, aparecían esporádicamente esas ricas manzanas que son las camuesas; y mi madre adquiría siempre algunas piezas para regalarnos los momentos finales de la comida. Con el correr del tiempo, muy lejos ya de los sitios de mi infancia, se fue disipando en mí la imagen de esa bella fruta.
Leía concretamente el Peribáñez de Lope; y por un momento he sentido el hálito de una remota frescura, siguiendo los delicados versos dirigidos a la hermosa Casilda:
No hay camuesa que se afeite
que no te rinda ventaja…
El verbo “afeitar” está muy bien utilizado ahí, pues no significa raer el pelo, sino adornar, componer, hermosear, que es el significado propio del latino affectare (acicalarse). Una camuesa que se afeita es que madura bellamente: la camuesa era apreciada, entre todas las manzanas, por su belleza, aroma, gusto y valor medicinal (Covarrubias), siendo el camueso el árbol que las produce, una variedad del manzano. Seguir leyendo