Hambre, apetito y gula
Las palabras «hambre», «apetito» y «gula» equivalen, respectivamente, a necesidad , a necesidad más gusto, y a gusto sin necesidad. Las dos primeras (de tipo vegetativo y sensitivo respectivamente) se inscriben en un orden humano correcto. La última comienza y termina en un desorden psicológico y moral, en vicio.
Hay dos tipos de impulsos naturales referentes al alimento: uno, que se encuentra en las facultades que cumplen funciones metabólicas o digestivas (vegetativas), las cuales no están sujetas al gobierno de la razón; a este orden de impulsos pertenecen el hambre y la sed. Hay también un impulso sensitivo, llamado apetito (psicológico) que puede provocar cierto desorden; y a él se debe aplicar una dirección racional que lo modere.
La moderación racional de comidas en cantidad y calidad pertenece a la dietética, que se refiere a la disposición o complexión corporal; pero la moderación de los impulsos y sentimientos internos que, teniendo por objeto la comida, son ordenables al bien general del hombre como ser racional pertenece a una dirección psicológica, estética y moral.