El alimento en la mesa habla por sí mismo
Comunicar es hacer llegar a otros nuestras ideas, nuestros sentimientos o nuestras intenciones. Y sabemos que hemos comunicado algo cuando vemos despertarse en el otro una reacción determinada. El instrumento de la comunicación puede ser muy variado: una seña, un gesto, una palabra o… una comida.
Un alimento cualquiera, cuando se presenta en la mesa, incorpora normas, preferencias, orientaciones de civilización: se convierte en una expresión, en un lenguaje con el que se «entienden» las personas de un área cultural. Se trata de un signo o expresión con capacidad representativa y comunicativa. Por ejemplo, el alimento mantiene su carácter de signo dentro de los valores de lo cotidiano y de lo festivo: los días de fiesta suelen distinguirse por un cambio (cuantitativo o cualitativo) de las comidas y por la presencia de postres especiales. Un dulce especial dispuesto en la mesa antes de comer es signo de un acontecimiento no cotidiano. Seguir leyendo