¿Por qué existen hábitos alimentarios?
Las exigencias de nuestro apetito no están vinculadas naturalmente a un alimento en concreto. Lo que se desea comer viene estipulado por las pautas de una colectividad. Lo simplemente comestible desde el punto de vista químico y fisiológico no acaba necesariamente siendo comido por el hombre. Se come lo que las normas culturales de un pueblo permiten. Por estas normas el comer humano se distingue del engullir animal.
Para entender este aspecto cultural, conviene recordar dos cosas:
1ª El hombre sale de la naturaleza desnudo de instintos, de fijaciones automáticas, de adaptaciones permanentes: su constitución psicobiológica está abierta a todo, no está fijada a un ámbito particular.
2ª Justo por esta apertura, el hombre ha de fijarse y crearse por sí mismo una segunda naturaleza, ha de darse en cada momento histórico un perfil, una fisonomía a su vida: ese perfil, esa fisonomía, esa segunda naturaleza, son los hábitos humanos, incluidos los hábitos alimentarios.
Podemos, pues, decir que los hábitos alimentarios son las determinaciones permanentes que el hombre se da a sí mismo para nutrirse, justo por no tener un instinto básico y cerrado que lo inscruste en un nicho ecológico determinado. Seguir leyendo