Ignacio Díaz Olano (1860-1937): “En el restaurante”. Con una sólida consistencia dibujística, conserva la línea del contorno y hace entrar la luz y el color –la mancha luminosa y el destello cromático–, ejecutando una obra próxima al impresionismo. Hace entrar en el cuadro el ritmo convivial, la “común unión” que es la comida y el diálogo distendido.

De la cocina a la mesa: más allá de la actitud utilitaria

 

Un ambiente familiar.- Uno de los tópicos más positivos que a veces podemos leer en la promoción de un restaurante es que allí se procura dar al cliente un “ambiente familiar”. A mí me parece muy bien que el servicio de cocina y el servicio de mesa respondan a un valor tan honorable como es el de la vida familiar. Y pienso que, en esta dirección, se podrían limar los excesos extraprofesionales que a veces asoman en la restauración. Pero no quiero hablar de estos excesos, sino del motivo tan grato que se indica con la expresión “ambiente familiar”.

En nuestro tiempo la gente se olvida de tantas cosas importantes, que al menos nos queda  recordar el lugar más importante al que se debe ir cuando las preocupaciones nos abruman: al hogar familiar, donde el individuo nace, crece y muere como persona. Las estadísticas más reconocidas arrojan el asombroso resultado de que incluso los niños que no están suficientemente atendidos en el hogar, ni participan en la mesa, son más proclives al abandono escolar y a las formas destructivas de la propia personalidad: delincuencia, drogadicción, etc.

Por eso es conmovedor leer en la puerta de un restaurante que allí se ofrece un «ambiente familiar». Seguir leyendo