
Juan Sánchez Cotán (1560-1627): “Bodegón de caza, hortalizas y frutas”. Sobria composición, de gran intensidad e intimismo, iluminada desde un lateral para producir grandes sombras que enfatizan una visión realista.
Parece ocioso indicar que la alimentación influye en la salud, tanto en la física como en la mental. Desde los griegos –especialmente desde Hipócrates– se dieron normas para que el hombre rigiera bien su vida diaria. Esas normas para el bien vivir saltaron luego a la voz del pueblo, en forma de refranes y dichos que reflejaban la necesidad de equilibrar la ingesta de alimentos.
He recogido, entre muchos cientos, solamente algunos de esos refranes que, en realidad, son normas del bien vivir alimentario. Se refieren a los alimentos que más usualmente se encontraban en el mercado popular. Los incluyo, por orden alfabético, sin comentarios, aunque bien podrían indicarse aspectos bioquímicos y fisiológicos que darían la razón de su equilibrado juicio.
Comida en general
–La comida es media vida; y la otra mitad, el vestir y calzar.
-Lo principal y primero, es salvar el comedero.
-El comer mal, primo es del ayunar.
-Más vale bien comido que bien vestido.
-Más vale nutrimento que oro ni argento.
-El buen alimento crea entendimiento.
-Desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo.
-Tripa vacía, corazón sin alegría
-Come poco, cena más, duerme en alto y vivirás.
-Comer hasta enfermar, y ayunar hasta sanar.
-No aprovecha lo comido sino lo digerido.
-Quien mucho come poco come.
-Quien mucho come, mucho bebe; y quien mucho bebe, mucho duerme, poco lee, poco sabe y poco vale.
-Con malas comidas y peores cenas, menguan las carnes y crecen las penas.
-A buen hambre no hay pan duro.
–Bebe poco y come asaz, duerme en alto y vivirás.
-Come poco y cena temprano si quieres llegar a anciano.
–Come niño y crecerás, bebe viejo y vivirás.
-Comer, besar y rascar, es solamente empezar.