Arado egipcio. El arado romano puede considerarse como un perfeccionamiento del arado egipcio.

Acumulación y producción

Los recursos alimenticios disponibles por un pueblo determi­nado dependen no sólo del ambiente natural y de la pobla­ción, sino también de la técnica o cultura que posea. Cuanto más se supedita el hombre al ambiente para su alimenta­ción, menos libertad ex­terna e interna tiene. «Los pueblos que viven de la reco­lección y acopio de raíces, bayas, semillas e insectos dependen en su mayo­ría direc­tamente de lo que el ambiente natural les ofrece. Los pueblos que han adquirido las técnicas de la plantación, cultivo y re­colección de cosechas o de cría de ani­ma­les, y que practican los métodos de coc­ción o de otro género, que modifican la composi­ción físicoquí­mica de los pro­duc­tos naturales, hacién­doles útiles o más apetecibles como alimentos, dependen menos directamente de las ofertas natura­les del ambiente físico en que viven. Mientras que el hom­bre aprende a ex­pansionar sus recursos de produción de alimentos mediante técnicas y recursos culturales, hace retro­ceder el espectro del hambre y sienta las bases para la expan­sión de la sociedad»[1]

Las artes o técnicas para obtener ali­mentos pueden ser com­prendidas en dos apartados principales: la acumula­ción y la pro­ducción. Seguir leyendo